domingo, 26 de agosto de 2007

Salmo 12

“Líbrame, Dios mío, de estos canallas.
Ya no hay personas decentes.
Ha desaparecido todo sentido de humanidad.
Con sus palabras de propaganda, los poderosos oscurecen
nuestra mente.
Se ríen de nosotros.

De sus labios brotan bonitas palabras.
Pero sus pensamientos maquinan la opresión.
Hablan de paz y amenazan con la armas.
Hablan de tolerancia y se refieren a su poder.
Haz que se ahoguen en sus discursos,
en sus palabras bien ponderadas,
pero quieren romper nuestra entereza.
Destruye la arrogancia de su poder
y el cinismo de su dominio.

Habla, Señor:
“Por amor a los oprimidos,
por amor a los cautivos,
yo me alzaré,
yo salvaré
a los que suspiran por la liberad”


Dios mío, tú nos preservarás y nos protegerás
de los malvados y de los dictadores.
Tu serás nuestro apoyo
en medio de personas para quienes nada hay santo.
La infamia se extiende entre los hombres.
Pero tu palabra es fiel,
es luz en las tinieblas”.

* Motivos del salmo 12, LA SOMBRA DEL GALILEO (Gerd Theissen).

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